Oficios Tras Bastidores
Cuando asistimos a un espectáculo escénico, la magia que nos impacta como espectadores es la que nos entra por los sentidos: oímos, vemos, olemos, tocamos y degustamos. Cuando abrimos las puertas tras bastidores a nuestro público, caigo en cuenta, constantemente, que nuestro hábitat natural para ellos es asombroso.
Tiene su magia no conocer los trucos, y para poner en perspectiva, sería como develar los trucos de un mago.
Hay oficios históricos de una importancia desconocida. El llamado regidor o ‘stage manager’ es uno de esos: la regiduría es un oficio del teatro. Es la persona responsable de los movimientos y efectos escénicos dispuestos por el director de escena y garantiza la integridad artística y técnica de todos.
Quizás, originalmente era la persona responsable de los efectos técnicos, sonidos especiales, utilería, además de mantener a los actores o músicos en el sitio correcto al momento correcto. Con los avances de la tecnología, el regidor se vuelve un profesional indispensable en las presentaciones, que en el caso de un musical u ópera, han pasado a ser muchas veces verdaderos retos técnicos.
Por poner un ejemplo simple: un foco que ilumina un pequeño espejo en el escenario ha pasado por un proceso de al menos 10 manos técnicas. El por qué, cuándo y cómo lo conoce solo el regidor. En él se centran todas las mentes creativas, los aspectos técnicos, los caprichos de los artistas y las necesidades del público. El buen regidor se vuelve invisible, y esa es la marca de su excelencia.
En la Fundación estamos felices de invitar al primer taller, dictado en el país, de Regiduría o Stage Management. Opción desconocida para quienes -como yo- les apasiona el arte escénico, pero no así estar frente al público. Buscamos talento joven y apasionado, comprometido con la magia de este mundo escénico.
¿Conoces a alguien así? ¿Es este tu llado? ¡Búscanos! Aquí estamos, y aquí te esperamos.
Chía Patiño, Directora Artística – Ejecutiva
Agosto, 2018